miércoles, 3 de octubre de 2012

Nuevo curso 2012-2013

En septiembre comenzamos en las nuevas instalaciones, ya en octubre vamos cogiendo ritmo y poco a poco se van incorporando l@s antigu@s y nuev@ alumn@s. Bienvenidos a tod@s!!!
 
 

DIEZ COSAS QUE TODO NIÑO CON AUTISMO QUISIERA QUE SUPIERAS

 
Artículo escrito por
zllen Notbohm, publicado en la web www.ellennotbohm.com
y traducido por Angela Couret, www.pasoapaso.com.ve


Algunos días parece que lo único previsible sobre el autismo es lo imprevisible. El único
atributo consistente - lo inconsistente. Pocos refutan que el autismo es desconcertante,
incluso para quienes pasan la vida inmersos en él. Es posible que el niño con autismo
luzca "normal" pero su conducta puede dejarnos perplejos y resultar difícil.
En una época el autismo se consideraba un trastorno "incurable", pero esa noción se
viene desmoronando frente a un cuerpo de conocimientos que aumenta
permanentemente. Todos los días las personas con autismo nos demuestran que pueden
superar, compensar y de una u otra forma lidiar con muchas de las características más
desafiantes del autismo.
Informar a las personas que se relacionan con nuestros niños sobre los elementos
básicos del autismo tendrá tremendo impacto en sus posibilidades de enrumbarse hacia
una adultez productiva e independiente.
El autismo es un trastorno extremadamente complejo pero para efectos de este artículo,
resumiremos sus múltiples características en cuatro áreas fundamentales: dificultades en
procesamiento sensorial; retrasos y dificultades de habla/lenguaje; las elusivas destrezas
de interacción social; aspectos de autoestima. Y a pesar de que estos cuatro elementos
pueden caracterizar a muchos niños, tenga presente que el autismo es un trastorno de
espectro: no hay dos (o diez o veinte) niños con autismo que sean idénticos. Cada niño se
ubicará en un punto diferente del espectro. E igual de importante: cada padre, maestro y
cuidador se ubicará en un punto diferente del espectro. Sea niño o adulto, cada persona
tiene necesidades únicas.

Siguen 10 cosas que todo niño con Autismo quisiera que supieras…

1.Ante todo, soy un niño. Tengo autismo. No soy principalmente "autista". Mi autismo es solo un aspecto de mi personalidad. No me define como persona. ¿Eres tú una
persona con pensamientos, sentimientos y muchos talentos, o simplemente gorda (con
sobrepeso), miope (usas lentes) y torpe (poco coordinada, mala en deportes)? Es posible
que esas sean las cosas que veo primero al conocerte, pero no reflejan necesariamente
quien eres como persona.
Como adulto, tú tienes algún control sobre como te defines. Si quieres resaltar una
característica específica, lo puedes hacer. Siendo un niño, yo estoy en desarrollo. Ni tú ni
yo sabemos aún de lo que soy capaz. Definirme según una de mis características
conlleva el riesgo de establecer expectativas muy bajas. Y si percibo que tú no piensas
que "Yo sí puedo", mi respuesta natural será ¿Por qué intentarlo?

 
2.
Mis percepciones sensoriales están alteradas. Posiblemente la integración
sensorial sea el aspecto más difícil de entender en el autismo, pero podría decirse que es
uno de los más críticos. Significa que las imágenes, los sonidos, olores, gustos y texturas
del día a día que posiblemente tú ni notes, me resulten incluso dolorosas. El propio
entorno donde vivo frecuentemente me parece hostil. Es posible que yo te parezca
retraído o agresivo pero en realidad solo intento defenderme. Fíjate como un "simple"
viaje al supermercado puede ser un infierno para mi…
Mi sentido del oído puede ser súper agudo. Docenas de personas están hablando a la
vez. El altoparlante vocifera los especiales del día. La música retumba por los
amplificadores. Las cajas registradoras pitan y reverberan. Una máquina moledora de
café resopla. Las sierras de la carnicería chirrían, los bebés lloran, los carritos del
automercado crujen, las luces fluorescentes zumban… ¡Mi cerebro no puede filtrar tantos
estímulos y me sobrecargo!
Mi sentido del olfato puede ser muy sensible. El pescado no está muy fresco, el señor que
espera al lado de nosotros no se ha bañado hoy, en el Deli están regalando muestras de
salchicha, el bebé delante en la cola tiene un pañal hediondo, están coleteando unos
pepinillos en el pasillo tres… ¡No puedo lidiar con tantos estímulos! ¡Estoy a punto de
vomitar!
Ya que me oriento visualmente (ver más sobre esto abajo), posiblemente este sea el
primer sentido en sobresaturarse. La luz fluorescente no solo es demasiado brillante, sino
que zumba y ronronea. Me parece que todo el espacio palpita y me duelen los ojos. La luz
parpadeante se refleja en todas partes y distorsiona lo que veo - me parece que el
espacio está cambiando constantemente. Está el resplandor de las ventanas, hay
demasiados artículos a la vista y no puedo concentrarme, los ventiladores del techo
dando vueltas… tantos cuerpos en movimiento permanente! Todo esto afecta mis
sentidos vestibular y proprioceptivo, y ahora ni siquiera puedo determinar la ubicación de
mi propio cuerpo en el espacio.
3.
Por favor recuerda distinguir entre "No quiero" y "No puedo". El lenguaje
receptivo y expresivo y el vocabulario pueden representarme retos formidables. No se
trata de que No presto atención a las instrucciones. Se trata de que No puedo
comprenderlas. Cuando me llamas desde el otro extremo del salón, esto es lo que
escucho: *&+%$#, Billy. #$%&/%$&*… … …. En su lugar, acércate y háblame directamente, con palabras sencillas: "Por favor, pon tu libro en el escritorio, Billy. Es hora de almorzar." Así me indicas lo que deseas que haga y lo que va a suceder. Entonces será mucho más fácil que yo cumpla tus instrucciones.

4.
Soy un pensador concreto. Esto significa que interpreto el lenguaje muy literalmente.
Me confundo mucho cuando me dices, "¡Detén tus caballos, vaquero!"* cuando lo que
quieres decir realmente es "Por favor, no corras." No me digas que hacer algo es "un
pedazo de torta"* cuando no hay postres a la vista y lo que realmente quieres decir es
"Esta tarea te resultará muy fácil." Cuando me dices que "llueven gatos y perros,"* yo
busco los gatos y los perros. Solo dime, "Está lloviendo muy duro." (*Nota editorial:
Expresiones figuradas, coloquiales en Estados Unidos). Las frases idiomáticas, los juegos
de palabras, los matices, los dobles entendidos, las inferencias, las metáforas, las
alusiones y el sarcasmo se me escapan.
 
5.
Por favor ten paciencia con mi escaso vocabulario. Me es difícil decirte lo que
necesito cuando no conozco las palabras para describir mis sentimientos. Puede que
tenga hambre, que me sienta frustrado, atemorizado o confundido pero en estos
momentos esas palabras están más allá de mi habilidad de expresarme. Debes estar
alerta a mi lenguaje corporal, a mi retraimiento, agitación u otras señales de que algo
anda mal. O, al contrario, es posible que te suene como un "pequeño profesor" o un actor
de cine, refiriendo palabras o guiones completos más allá de mi edad de desarrollo. Estos
son mensajes que he memorizado de mi entorno para compensar mis déficits de lenguaje
porque sé que se supone que responda cuando me hablan. Es posible que los haya
aprendido en los libros, la televisión, o escuchando el lenguaje de otras personas. Esto
se llama "ecolalia." No necesariamente comprendo el contexto o la terminología que estoy
empleando. Solo sé que me saca de apuros cuando debo responder.
6.
Ya que el lenguaje me resulta tan difícil, me oriento mucho visualmente. Por favor
muéstrame como hacer algo en lugar de solo decírmelo. Y por favor, prepárate para mostrármelo varias veces. La repetición consistente me ayuda a aprender.
Un cronograma visual me ayuda mucho a lo largo del día. Como tú con tu agenda, el
cronograma me alivia el estrés de tener que recordar lo que sigue, me facilita la transición
entre actividades, me ayuda a manejar el tiempo y a cumplir con tus expectativas.
No dejaré de necesitar un cronograma visual a medida que vaya creciendo, pero mi "nivel
de representación" podría cambiar. Antes de saber leer, necesitaré un cronograma visual
con fotografías o dibujos sencillos. A medida que vaya creciendo, podrían funcionar
palabras y dibujos, y más adelante, solo palabras.
7.
Por favor, concéntrate y apóyate en lo que puedo hacer, en lugar de lo que no
puedo hacer
. Como cualquier ser humano, no puedo aprender en un entorno donde
constantemente me hacen sentir que no estoy a la altura y que necesito "que me
arreglen." Intentar cualquier cosa nueva cuando estoy casi seguro de que me criticarán -
sin importar cuán "constructiva" sea esa crítica - se convierte en algo que debo evitar.
Busca mis fortalezas y las encontrarás. Hay más de una manera "correcta" de hacer la
mayoría de las cosas.
8.
Por favor ayúdame con las interacciones sociales. Puede parecer que no quiero
jugar con otros niños en el patio, pero a veces es solo que no sé como empezar una
conversación o unirme al juego. Si animas a los otros niños para que me inviten a jugar
con ellos, es posible que me encante que me incluyan.
Funciono mejor en actividades de juego estructuradas que tienen un inicio y un final bien
definidos. No sé como "leer" las expresiones faciales, el lenguaje corporal o las
emociones de los demás, así que agradeceré mucho que me entrenes permanentemente
en las respuestas sociales apropiadas. Por ejemplo, si me río cuando Emily se cae del
tobogán, no es porque piense que es algo divertido. Es que no sé cuál es la respuesta
correcta. Enséñame a decir "¿Estás bien, Emily?"
9.
Procura identificar los factores detonantes de mis estallidos. Meltdowns,
estallidos, rabietas o como quieras llamarlos son más terribles para mi que para ti.
Suceden porque uno o varios de mis sentidos se ha sobresaturado. Si puedes determinar
por qué sucede el estallido, podría prevenirse. Mantén un cuaderno para anotar la hora, el
lugar, las personas, las actividades. Es posible que detectes un patrón.
Recuerda que toda conducta es una forma de comunica-ción. La conducta te indica,
cuando mis palabras no pueden hacerlo, como percibo algo que está sucediendo a mi
alrededor.
10.
Si eres un miembro de mi familia, por favor, quiéreme sin condiciones. Elimina
pensamientos como, "Si solo pudiera…" y "Por qué no puede…". Tú no cumpliste todas
las expectativas de tus padres y no quisieras que te lo recordaran constantemente. Yo no
quise tener autismo. Pero recuerda que es algo que me pasa a mí, no a ti. Sin tu ayuda,
mis posibilidades de alcanzar una adultez exitosa son pocos. Con tu apoyo y orientación,
las posibilidades serán mejores de lo que imaginas. Te lo prometo - yo valgo la pena.
Y finalmente, tres palabras: Paciencia. Paciencia. Paciencia. Esfuérzate por ver mi
autismo como una habilidad diferente en lugar de una discapacidad. Mira más allá de lo
que percibes como limitaciones y aprecia las fortalezas que el autismo me ha dado.
Posiblemente no sea bueno entablando contacto visual o una conversación, pero te has
dado cuenta que nunca miento, que no hago trampa en los juegos, que no echo chis-mes
de mis compañeros y no juzgo a los demás?
Es cierto que probablemente no sea el próximo Michael Jordan. Pero con mi atención a
los detalles y mi extraordinaria capacidad para centrarme, podría ser el próximo Einstein,
Mozart o Van Gogh. La respuesta para el Alzheimer, o para el enigma de la vida
extraterrestre - ¿qué logros futuros nos esperan de los niños con autismo de hoy en día,
de niños como yo?
Todo lo que podría llegar a ser no sucederá si no cuento contigo como plataforma.
Repasa algunas de esas "normas" de la sociedad y si no tienen sentido para mí, déjalas
pasar.
Sé mi defensor, sé mi amigo, y ¡veremos cuán lejos puedo llegar!